El Zinc es especialmente difícil de adquirir para nuestros organismo porque en muchos alimentos aparece junto a otros elementos que inhiben su absorción.

Como hemos visto en artículos anteriores, nuestro organismo está formado por unos pocos elementos químicos mayoritarios que se encuentran en grandes cantidades, y otros elementos que se encuentran en cantidades muy pequeñas. A estos últimos los llamamos elementos traza u oligoelementos y deben ingerirse en muy pequeñas cantidades. Tanto es así que cuando la ingesta de Zinc es pequeña, aumenta significativamente su absorción intestinal y se reducen sus pérdidas por orina y tracto gastrointestinal (Izquierdo, Soria, Guerra y Escanero, 2013). No obstante, su deficiencia también puede provocar grandes problemas en la salud.
El Zinc es, después del Hierro, el oligoelemento más abundante en el organismo humano. A este metal de transición se le atribuyen diversas propiedades (López de Romaña, Castillo & Diazgranados, 2010). Te contamos algunas de ellas:
  • En primer lugar, el Zinc forma parte y estabiliza la estructura de diversas proteínas, siendo muchas de ellas cruciales en la transcripción y expresión de nuestros genes. El Zinc va a permitir, en última instancia, leer nuestro código genético y traducirlo, utilizarlo.
  • Por otro lado, se estima que el Zinc es imprescindible en más de 300 proteínas enzimáticas, encargadas de múltiples reacciones bioquímicas en el organismo y por lo tanto es responsable de una gran multitud de funciones fisiológicas y metabólicas, como por ejemplo la síntesis de proteínas y la producción de tejido.
  • Como consecuencia de todo lo anteriormente citado, también se considera a este elemento fundamental para el funcionamiento del sistema inmune, el crecimiento, el desarrollo y el mantenimiento de las funciones vitales (Izquierdo et al, 2013).
No es de extrañar que los niveles bajos de Zinc estén asociados con la aparición de síntomas que van desde un retraso en el crecimiento, problemas de regeneración y cicatrización, deficiencias inmunológicas, etc. (Izquierdo et al, 2013).
Ahora bien, ¿Cómo podemos asegurar unos niveles adecuados de Zinc en el organismo?
El gran problema del Zinc, como ocurre con otros elementos químicos, es que su ingesta en la dieta no garantiza su presencia adecuada en el cuerpo humano, ya que en su asimilación intervienen muchos factores. Por ejemplo, algunas supuestas grandes fuentes de Zinc, como los frutos secos, los tubérculos, los cereales y algunas frutas y hortalizas contienen ácido fítico, que inhibe la absorción del Zinc.

En Totum Sport encontramos una solución perfecta con 78 elementos químicos y, entre ellos, el Zinc. Este elemento se encuentra en su forma óptima para la asimilación por el organismo humano, lo cual asegura su absorción y disponibilidad en el deportista y una buena forma para que nuestro organismo afronte correctamente la recuperación tras la práctica de deporte.
Referencias Bibliográficas:
-López-Romaña, D., Castillo, C., & Diazgranados, D. (2010). El zinc en la salud humana. Revista chilena de nutrición, 37(2), 234-238.
-Izquierdo, S., Soria, M., Guerra, M., & Escanero, J. (2013). Contribución actual de los elementos traza y minerales en medicina. Su papel Clínico. Zaragoza: Prensas de la Universidad de Zaragoza.